En una aldea remota de Rawalpindi, donde no es que el tiempo se haya detenido, es que probablemente nunca caminó. Para llegar hay que conducir por un camino de tierra-cemento por algo más de una hora desde Islamabad. El motivo de la expedición fue hacerle una visita a un buen amigo de Londres, un hombre de gran corazón, que recientemente ha sufrido una pérdida importante que ha hecho que haya vuelto a su aldea por dos meses.
A lo que íbamos, descubrí en primera persona la hospitalidad de las familias y que la familia no son solo los padres. A recibirnos acudieron hermanas, hermanos, tíos, tías, primos... Y nos sentamos juntos después de los correspondientes saludos; momento en el que cometí grandes errores de base en el protocolo paquistaní. Con las mujeres, se debe dar la mano, con los hombres mayores se hace una reverencia de cabeza para que te puedan hacer una imposición de manos y con los hombres jóvenes no acabo de ver las fronteras claras, creo que lo mejor es ignorarlos soberanamente.
Sorprende como los hermanos más jóvenes fueron los que nos recibieron con jugos, galletas y demás (que no pude probar por la regla de; o lo cocinas fresco, o lo pelas, o lo olvidas y el agua ni para lavarte los dientes). Cuando estaba listo llegaron las féminas, incluida la mama. Más tarde como no probaba bocado me hicieron chai (té indio con leche), que fue toda una suerte que viniera hirviendo, porque ya no podía decir que "no, gracias" más veces!
Nuestro propio anfitrión cocinó la cena, la cual fue muy difícil de rechazar, pero la salubridad de la aldea dejaba mucho que desear. No así su recibimiento, su trato amable y cariñoso y el respeto que mostraron por nosotros.
Después de varios momentos un tanto incómodos siguiendo la regla de mirar al suelo, nunca mirar fijamente a nadie, en los que me dediqué a oírlos hablar en urdu, hubo una gran despedida. Hubo besos, abrazos, un intento mío con el urdu y como respuesta un "you are very beautiful nice baby", nada mal!! (teniendo en cuenta que incluso en mis mejores galas "halal", luzco como un extraterrestre para ellos. Todo acompañado de nuestra reticencia a quedarnos a dormir, como ellos deseaban...
Jejejeeje quien te diría a tí que llegarías a vivir todas estas experiencias....Ánimo!!me imagino como será el choque cultural...me pasa a mí entre canarios y castellanos,eso debe de ser vivirpara contarlo
ResponderEliminarSolo piensa una cosa,si has llegado hasta ahí, enfrentandote a todos esos temores y cambios,es porque el motivo para ello es lo suficientemente importante.
Un beso grande!!! Seguiré a la espera de todas tus historias.....