Mientras nos dirigíamos hacia Khewra a toda velocidad para intentar llegar a las minas de sal antes de que cerraran esa tarde, el paisaje ya empezaba a indicarnos hacia dónde nos dirigíamos, cubriéndolo todo con un manto blanco salino.
Las tiendas de souvenirs temáticas se agazapan en el camino junto a la entrada al recinto. Las lámparas de sal rosa entre otros colores más anaranjados y rojizos son un must y he de reconocer también que son todo un acierto para crear una cálida atmósfera en casa (a cada uno lo suyo ;) ).
Las minas de sal de Khewra son las segundas más grandes del mundo en su estilo y de las más antiguas en continua explotación. Fueron descubiertas en el año 320 AC. Tienen una planta abierta al público, pero existen 5 pisos más hacia arriba y 11 hacia el interior de la tierra.
Los largos períodos de tiempo que los mineros han pasado en las profundidades de estos túneles, les ha llevado a darle un toque artístico a su trabajo, dando lugar a la construcción de estructuras elaboradas con bloques de sal de diversos colores.
Existe en el interior una mezquita:
Y hasta una reproducción de la Torre de Paquistán en Lahore:
También podemos observar otro tipo de torres, de construcción un tanto más "natural" ;). Como estas estalacticas y estalagmitas que crecen en direcciones contrarias hasta encontrarse, millones de años después, en un beso infinito :).
No es menos sorprendente la existencia de lagos salados subterráneos, donde la densidad del agua es muy elevada. Tiramos una moneda y pudimos verla cómo se iba hundiendo muy muy lentamente, hasta perderse en la oscuridad. Algunos de estos lagos no estaban ahí, sino que una excavación en el lugar incorrecto produjo una inundación que dio lugar a ellos.
Finalmente, este túnel es conocido por el "Valle del Cristal", ya que bajo la luz adecuada, los trocitos de sal incrustados en la roca emiten reflejos de luz en todas las direcciones.
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