Hay tres tesoros ocultos en Muzaffarabad que no los van a encontrar en las guías de viaje ;), pero vienen a deleitar el estómago de locales y foráneos.
El primero es el kashmiri bakarkhani, un pan de lo más sabroso con un sabor super intenso y que se convirtió en la banda sonora de mi estómago al despertar. Dice la leyenda que cada mañana de mi estancia, mi pequeño estómago gritaba "bakarkhani, bakarkhani" y acudían los hermanitos prestos y veloces y comprar unos cuantos de éstos de la tienda más cercana que ya luego en casa se acompaña con tortilla, huevos fritos e incluso alguna porción de karahi que hubiera quedado de la noche anterior! Los desayunos no se toman en broma en Cachemira.
El segundo es el kashmiri tea. Un té único en el mundo de un particular color rosa pálido, y que se obtiene tras un elaborado proceso que se alarga hasta durante 3 horas, siendo la única manera de obtener este brebaje. Así podemos ver la dedicación de esas madres kashimiris levantándose a horas completamente intempestivas para tener el té preparado en el desayuno para la familia :) Nuestra mami no fue menos, y nos deleitó cada mañana con una tacita de éstas.
Pero este té tiene más sorpresas guardadas, ya que normalmente se "adereza" con pistachos y almendras trituradas, así como coco en polvo... hmmm
Y el último es un acompañamiento indespensable del té: kulcha (ya sea en su versión dulce o salada). La forma correcta sería desmenuzarlas dentro del té, pero para inexpertos como yo, se nos acepta también comerlas como sabrosas galletas :)
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