lunes, 29 de abril de 2013

Muzaffarabad: viviendo la vida sin cinturón de seguridad

El lugar donde descubrí una nueva dimensión de la anarquía. Donde descubrí formas de vida totalmente válidas que nunca pude ni llegar a pensar que fueran posibles. Donde me sentí parte de una gran familia, donde me trataron con amor y ternura, donde lo pasamos muy bien y donde se me cayeron muchos mitos y prejuicios.

Porque al final, las personas, somos eso: simplemente personas con un corazón, necesidades y anhelos. El lugar donde nacemos, la cultura que aprendemos o la religión que profesamos no nos convierten en un elemento tallado e inflexible. Sólo hay que darse la oportunidad de escuchar, comprender, respetar, y adaptarse para enriquecerse de verdad y profundamente.

Durante el día...



Por la noche...


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